Los sucesivos Gobiernos de nuestro país, en las últimas décadas, se han venido obcecando en un modelo productivo poco eficiente que nos ha dejado un sector industrial frágil, cuyas debilidades han quedado al descubierto con la pandemia del COVID-19.
La crisis del COVID-19 ha dejado al descubierto fallos estratégicos agravados por la falta de políticas industriales definidas
La crisis sanitaria desatada por la Covid-19 y sus consecuencias económicas exige altura de miras
Hace unos días, la Comisión Europea autorizó un desembolso de 3.200 millones de euros en ayudas públicas y de 5.000 millones más en inversiones privadas a siete países europeos (Francia, Alemania, Italia, Polonia, Suecia, Bélgica y Finlandia) para el desarrollo de fábricas de baterías eléctricas de gran autonomía.
España necesita urgentemente un gobierno de progreso que dé estabilidad al país: la marcha de nuestra economía no puede esperar ni un minuto más y requiere de soluciones difíciles para tiempos también difíciles