El crecimiento económico, moderado pero sólido, se apoya en la mejora interna del consumo, pero requiere de una fuerte apuesta por la inversión
El INE ha publicado hoy el avance de los datos del primer trimestre de 2024 de la Contabilidad Nacional, que registra un aumento preliminar del PIB del 0,7% en términos trimestrales, lo que se traduce en un aumento anual del 2,4%. Estos datos suponen un buen inicio del año, coherente con las previsiones de instituciones como el FMI, la OCDE o la Comisión Europea para el conjunto del año, que esperan que España crezca algo menos del 2%. Aun así, es importante esperar a que se publiquen los datos definitivos el 25 de junio para poder valorar con mayor precisión la marcha de la economía española en lo que va de año.
Por el lado de la demanda el consumo de los hogares aumentó un 0,3% en el trimestre y la inversión un 2,6%, tras dos trimestres registrando descensos. Estos resultados, en comparación con el primer trimestre de 2023, arrojan un crecimiento anual más moderado de la inversión (1,1%) y un valor más alto para el consumo de los hogares (2,3%). En este sentido, es importante destacar que 2,2 puntos de los 2,4 que creció el PIB se deben a la demanda interna. Y por el lado de la oferta, todos los sectores económicos crecieron en términos trimestrales. También lo hicieron todos ellos en términos anuales registrando la construcción el mayor aumento (3,6%) y el sector primario el menor (0,4%). Los servicios lo hicieron en un 2,6% y la industria lo hizo en un 2,3%.
El buen dato de crecimiento está muy ligado a la mejora que se está produciendo en la demanda interna, impulsada por el mayor consumo privado que realizan los hogares. Las mejoras salariales que se han obtenido tras la firma del AENC en mayo de 2023 y sus efectos en lo que va de 2024 está aliviando los presupuestos familiares permitiéndoles consumir en mayor medida. Esto es consecuencia de la buena marcha del empleo, que crece de manera notable y que es cada vez más estable, y de la mejora de los salarios.
En este sentido, las variaciones salariales en convenio en el año 2023 ya permitieron que no se perdiera poder de compra, y en los convenios firmados en 2024 recogen un crecimiento salarial del 4,4% para el primer trimestre del año, mientras que el IPC en ese periodo aumentó un 3,1%. Sin embargo, todavía hay mucho margen de mejora, porque es necesario que las personas trabajadoras recuperen la capacidad adquisitiva que se perdió entre 2021 y 2022.
Otro aspecto muy relevante para que la evolución económica en el año 2024 siga la estela de crecimiento de los años anteriores proviene de la política monetaria. Pese a que la inflación se ha moderado en los países miembro, el Banco Central Europeo todavía persiste en mantener los tipos de interés en el 4,5%, un valor a todas luces negativo para que fluya el crédito a las familias y empresas. Esta obcecada política monetaria está ejerciendo de freno en muchas economías que están al borde de la recesión, mientras que limita el crecimiento para economías, como la española, que mantienen un auge moderado.
Las mejoras salariales esenciales en el crecimiento
Por último, hay un factor que puede ser clave para impulsar el crecimiento a corto y medio plazo: el avance en la ejecución de los fondos europeos. El año pasado fue el primer año en el que se pudo ver un buen desempeño en la introducción de estos recursos en la economía española. Y, dado que el Plan de Recuperación incluye medidas para transformar el modelo productivo español, cuanto antes se trasladen a la economía real antes se podrán ver sus efectos en la inversión, la productividad y el crecimiento. Sobre todo, teniendo en cuenta que la inversión es una asignatura pendiente y la única variable macroeconómica de la Contabilidad Nacional que todavía no ha recuperado su nivel prepandemia.
En resumen, la economía española parece permanecerse instalada en un crecimiento moderado pero sólido, que se apoya en la mejora interna del consumo, pero que requiere de una fuerte apuesta por la inversión, para lo que es muy importante continuar desarrollando el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y cambiar ya la política monetaria para que se adecúe a la realidad económica de la eurozona y ejerza de viento de cola durante lo que queda de 2024.